La mediación comunitaria
es una vía que proporciona a los
ciudadanos herramientas para resolver de forma pacífica los diferentes
conflictos de convivencia que surgen en la vida de la comunidad.
Su objetivo clave es
implicar a los ciudadanos como partes activas de la comunidad en la búsqueda de
soluciones a los conflictos sociales. Asimismo, proporciona al ciudadano
habilidades y técnicas para poder conocer y entender las necesidades e
intereses comunes, buscar soluciones consensuadas y resolver de forma pacífica
los conflictos que surgen de la convivencia, restableciendo así la buena
relación entre los miembros de la comunidad.
La mediación comunitaria
ayuda a mejorar la calidad de vida de los miembros de la comunidad, fomenta una
cultura de armonía y participación, impulsa el respeto hacia los demás. Contribuye
a la sensibilización y la promoción de la tolerancia y solidaridad entre los
ciudadanos, creando espacios de acercamiento, educando en valores y actitudes, promoviendo la utilización de medios
alternativos y cooperativos de gestión pacífica de los conflictos.
Los conflictos que
trata la mediación comunitaria son aquellos que se producen por el mero hecho
de compartir espacios y servicios comunes, como los derivados de las relaciones
vecinales y ciudadanas.
La mediación
comunitaria busca devolver a la comunidad el poder de gestionar pacíficamente sus
propios conflictos. A corto plazo, trata de solucionar de forma pacífica un
problema concreto, pero a medio y a largo plazo posee un efecto educativo y
resocializador en la comunidad, ya que adquiere aquellas habilidades necesarias
para poder resolver de la mejor manera posible sus propias diferencias.
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